Padre, confieso que he pecado.
He pecado en carne, en pan y en vino,
He pecado en cuerpo y en alma,
He pecado en femenino y en masculino,
He pecado en bravura y en calma.
He pecado en día, en tarde y en noche,
He pecado en desvelo y en sueño,
He pecado en virtud y en reproche,
He pecado en grande y en pequeño.
He pecado en todo, en parcial y en nada,
He pecado en hecho y en pensamiento,
He pecado en tacto y en mirada,
He pecado en júbilo y en lamento.
He pecado en cielo, en mar y en tierra,
He pecado en vida y en muerte,
He pecado en paz y en guerra,
He pecado en desgracia y en suerte.
He pecado en alto, en medio y en bajo,
He pecado en conjunto y en soledad,
He pecado en dificultad y en atajo,
He pecado en mentira y en verdad.
He pecado en izquierda, en centro y en derecha,
He pecado en moral y en obsceno,
He pecado en posible y en brecha,
He pecado en terrible y en ameno.
He pecado en paraíso, en mundo y en infierno,
He pecado en eterno y en finito,
He pecado en crudo y en tierno,
He pecado en feo y en bonito.
He pecado en materia, en espacio y en tiempo,
He pecado en dulce y en amargo,
He pecado en completo y en lempo,
He pecado en corto y en largo.
He pecado en negro, en gris y en blanco,
He pecado en luz y en tiniebla,
He pecado en falso y en franco,
He pecado en verso y en debla.
He pecado en ciego, en sordo y en mudo,
He pecado en ruido y en silencio,
He pecado en grave y en agudo,
He pecado en brasa y en cencio.
He pecado en letra, en número y en signo,
He pecado en sucio y en casto,
He pecado en vil y en digno,
He pecado en sutil y en basto.
¡Sí padre, he pecado!,
Pero no me arrepiento,
Porque mi vida así se ha dado
Y yo añoro cada momento.