José Adolfo Fernando

LA RUTA

 

Incógnito, emprendí el rumbo con un talego

de palabras olvidadas.

 

Prudente,

con mis manos callejeadas, les di dimensión

entre mis hojas blancas.

Les di una residencia tan viajera.

 

Con un soplo las desperté, en un día de nostalgias :

les di orden de tiempo,

las vestí de tantas siluetas y de tantas fragancias

clamorosas,

me cantaron

 

Luminosas, 

Melodías

ya olvidadas,

me cantaron 

en tanta huella

de mi ruta caminada.

 

Brotaron desde

el cáliz de la altura y saludaron

al Amor vistiendo

sus mejores ornamentos

verdes y azules.

 

Se amañaron,

y anidaron nuevamente

debajo de mi almohada.

 

Incógnito seguí el rumbo

nuevamente acompañado

por palabras bautismales.