En la soledad fría
eterna e incompleta
del cuarto
no queda mas que un pensamiento
completo de preguntas
vacío de respuestas.
Como todas las tardes
al llegar a casa
prender las manos
mirar la ciudad convertida
en un hondo infierno
y tomar un sorbo de mi veneno
llego a la reflexión
como quien llega a la meta
se complace y se rinde
para luego seguir
en esta lucha cotidiana.