!Ay! Niñez, que inconsciencia
en el olvido, o
manojillos de recuerdos,
cuanto tiempo roído.
!Ay! Niñez, que universo
más grande, cuanto creído.
Benditas las glorias
que fecundan almas
en almas, y bendito
el suspiro que canta
la inocencia de un niño.
Mundo de luciérnagas
todas diminutas, alumbrando
un Prado de mentiras.
!Ay! Niñez, agua bendita,
bomberos del infierno.
Miradas que sentencian.
Corazones todos inquietos.
Conciencias que remueven
conciencias...
!Niñez! He aquí la barca de la vida,
puesta de sol que
será amanecer en otra tierra.
Dime, testigo de mí,
!Tiempo! Donde fue?
Quien aguanta mi balón,
quien ríe con mi silencio,
donde mi luciérnaga
perdida, tiritando, alumbra.
En un cajón pequeño?
En las estrellas?
Murió tal vez?
!Donde estas, niñez...!
...Y te miré a los ojos,
tú, eras el camino,
la verdad, fundí la voz
delirante que oprime
mi alma y susurrándome
me advertí.
!Quien tan sabio
como un niño!
!Oh niñez!
!Quien tan sabio
como un niño!
Amor fabricado a mano,
comercios que no lo pueden comprar... Ni vender...