De las edades idas
¿Para qué hablarte del mar? ¿Para qué?...
de las nubes que surcan sin miedo
los vahos acantilados donde las piernas trastabillan
¿Qué como qué? ¿Qué cómo que me comporto?
ovillo del sin sentido de la calumnia que empeora
los pasos de inciertos que hasta ahora me truncan
que si dejo el ahora, que si me traslado, me atraso
cangrejo que madeja, restos sobre rocas…
porque son eslabones, grillas prendadas
al pasado que se añora… y nada de ti, ¡bueno!, no recuerdo
Sentirse en el aire, vacío que aprieta y ni una palabra
de mi boca afanosa…sale
para re-impresionarte, ganar el terreno
perdido en necedades
por el incapaz cumplimiento de la palabra que se logra.
EPEV