Imagínate que dios nunca existiera,
que el mundo hubiera nacido de la nada,
que la vida ya estuviera condenada
para hacer lo que el azar de ella quisiera,
Imagínate, si imaginar pudieras
que este dios se arrepintiera de haber hecho
a este mundo tan inutil y maltrecho
y atrás volver no pudiera aunque quisiera.
Imagínate, puestos ya a imaginar,
que aquello que yo creo ser Yo, no existe,
que la tierra es sólo un sueño que tuviste
y una virtualidad resulta ser el mar.
La imaginación es esa bendición
que te permite volar a cualquier lado,
sin pasaje, sin espera y sin cuidado
de que pudiera explotarnos el avión.
Yo así la trato a la par con la razón
pues que aunque ambas me resulten tan opuestas
caminamos siempre con las dos a cuestas
del ser o no ser, la gran contradicción.