Tres puñales me traspasan
y al traspasar me hieren...
blancos como palomas
negros como la muerte,
los dos primeros...
mi razón destrozan,
el tercero...
arrasa mi mente,
mas tus caricias
que todo lo dan...
y a cambio
nada me piden,
precipitan...
mi desbocado corazón,
en dulce cascada...
de dicha ardiente.