Dientes sin dentellada,
piernas sin patada,
puños sin puñetazo
para jugar a las tabas.
…
Mándame por favor
a hacer primorosas puñetas.
Te las traeré fritas y escurridas ,
con guarnición desangelada
de cojoneras moscas.
Mándame por favor bien lejos,
y que la distancia piadosa
mezcle los cuervos con los colibríes,
los cadáveres con los atletas
y todo ese montón de mierda
pueda ser tomada sin asalto
como una conversación edificante.