Ya no tengo batallas por pelear
Ni guerras que ganar
Sólo me queda una vida por vivir
Y un amor por disfrutar…
Viví cada minuto de mi vida
Como el último que me quedara
Peleé, gané y perdí; amé, reí y lloré…
Pero siempre sentí la falta de algo.
Hoy comprendí, que sólo paz buscaba
Perdido en medio de mi laberinto
Luchaba por hallar la solución
Sin embargo ella estaba allí.
Sólo tuve que pensar unos minutos
Calmarme para respirar, y mirar
Al frente primero, luego en derredor
y finalmente lo hice introspectivamente.
Fue algo maravilloso lo que hallé
Nunca había sido tan malo ni tan bueno
Como me pensé o como me dijeron
Sólo había sido un hombre temeroso…
Si… temeroso de mi propia fuerza
De mi carácter combativo e indomable
Pues siempre hallé la forma de corregir
Las órdenes o los riesgos que tomaba.
Me satisfacía todo lo que hacía
Pues al cabo me honraban…
¡Pero cuanta falsedad en todo ello
Yo sólo quería mostrarme superior!
Así fui compensando…
Éxitos por derrotas, elogios por castigos
Amores por pasiones, penas por alegrías
Pensé que el mundo estaba hecho para mí.
Pero no… nada más falso
Sólo era un títere de mi propia fantasía
Cayendo o levantando… con risa o enojo
Vivía una borrachera egocentrista.
Pero eso no iba a durar cien años…
y un día desperté, las sombras de mi vida
Se fueron apartando del camino
Entonces me encontré con mi destino.
Unos ojos bellos de mirar intenso
Castaños, hechos de dulce caramelo…
¡Dios!... creo que sí, que ella vino del cielo
Para cambiar mi vida y lo hizo.
Delalma
Martes, 24 de marzo de 2015