Una tarde de abril, tu vida pereció
Después que la hoja de ese frio puñal, penetro tu corazón,
Cuando tus ojos se cerraron y tu corazón ya no latió,
Maldije a Dios y pregunte ¿para qué vivir? si no te tengo a ti.
Mi cama se encuentra vacía,
solo me acompañan unas sábanas frías
Y una almohada que pregunta por ti,
Como resistir tu ausencia?
Si siento que todo está perdido,
Y nada tiene sentido.
He tratado de no pensar en lo ocurrido,
Pero siempre he conseguido intentos fallidos,
Mi vida se consume, ya no encuentro salida,
Solo vive en mis pupilas el recuerdo de aquel día.
Javi Jimenez