Era temprano la noche, cuando los dos nos posamos
A dormir plácidamente, entre caricias y abrazos.
Le dirigí mil palabras, dulce como el papelón
Ella me dijo al oído ¡que tierno eres mi amor!
Después de abrazos y besos, muchas caricias me dio
Y le respondí al instante me das cápsulas de amor.
Ella se quedó dormida, quizás, fue que mi fingió
Para que yo me durmiera, dormida no amaneció.
Cuando deslicé la mano por encima del colchón
Era un granizo de hielo lo que mi mano encontró.
Me paré muy extrañado, el frío me sorprendió
Nervioso fui a la cocina en busca de una razón.
A ver si allí la encontraba dándole leña al fogón
Pero éste estaba tan frío, más de lo que estaba yo.
Sin saber lo que pasaba con la ausencia de mi amor
Caminé toda la casa no dejé ningún rincón.
Que no pasara la vista, buscaba alguna razón
Que me ofreciera una pista por la falta de mi amor.
Ya con el día amanecido, la noche se despidió
El sol alumbraba todo, menos mi fatal temor.
Por la huida de mi ingrata, sin darme una explicación
Del motivo de su ausencia o el rechazo a mi amor.