Eres viento impetuoso
y llegas soplando fuerte,
derribando las hojas
de los sauces llorones,
que caen como suspiros,
desgranados uno a uno,
sobre el tapete mullido
de flores silvestres,
que adornan la pradera,
de aquel bosque encantado.
Yo te busco en la hojarasca
del bosque solitario,
en donde sólo se escucha,
el sonido del silencio
y el susurrar del viento.
En donde se filtran
por medio de los árboles
suaves rayos de sol
que acarician mi alma.
Sigo buscándote en la arboleda...
Te busco en el cuerpo
carcomido y rustico
de los arbustos añejos
que visten con trajes primaverales
y adornados con madreselvas
que dormitan en sus regazos.
Te busco en el cantar de un pajarito
y en el vuelo de las mariposas
que revolotean, adornando
el espacio con sus bellas alas.
Te busco en el enigmático
búho que me mira
con ojos apesadumbrados,
sin importarle mucho el panorama.
Te busco en las secas ramas
que se resquebrajan por el tedio
a causa del olvido.
Te busco en el sendero
que lleva al riachuelo
en donde las tibias
aguas cristalinas
bañaban nuestros sueños...
Allí en donde dejamos
nuestras promesas de amor
y donde juramos
separarnos nunca...
Allí donde nuestras
caricias eran sosiego
y nuestros besos
comunión del cielo.
Felina.