En la nube en que reside mi absurda silueta,
se escucha el son del simpático cantor,
advirtiendo con silencios, mis heridas,
cavando un hoyo en mi corazón.
Y entre melodías y notas de este mar,
evito navegar a la deriva,
pues los silencios sueltos
sin cesar a mi lado nadan,
nunca descansar parecerán.
No logro ponerle fin a este viaje,
aunque a gritos mis silencios ruegan,
pues los latidos confabular con mis falanges quieren,
y mis instantes de paz perecen.
y que tenga más coraje,
mas evitar el mensaje,
es lo que decide este corazón cobarde.