Palabras imprevistas,
imprecisos y tenues balbuceos,
pensamientos robados a destiempo
al círculo solar de tu hemisferio.
Dentro de nosotros los deseos,
la pequeña impresión latiendo
de tu carne a mi carne,
como un pequeño corazón
dentro de un beso.
La luz hilando tiempos
en golosinas de labios descubiertos.
Tu cuerpo para mi abrazo, tierno,
cayendo en el océano de los sueños,
desamparados y reconfortados,
hundidos en el calor,
naciendo en verbos que se conjugan
creando la sintaxis del éxtasis supremo.