Dos alas no han llegado hoy a su nido
y hoy la desolación les acompaña.
Cuántas vidas preciosas se han perdido
cuánto pesar sembrado en la montaña.
Tantas sillas vacías se han quedado,
de pronto, de una forma tan brutal
Oh Dios dale consuelo al que ha esperado
Hazle saber, que en sí, no es el final.
Y ese abrazo que ahora es incompleto,
y que ha traído la angustia a la ventana
se ha llevado consigo el gran secreto
Por qué no hubo una mano tan humana
capaz de detener que este soneto
vistiera de dolor esta mañana.