Con la luz llegas desde mar adentro
besando con dulzura la piel del mar;
eres brisa que incita en la costa a bailar.
mejorando la danza en el seguido encuentro.
Las olas van rompiendo duras rocas en el trecho,
agua que las abraza disolviendo su fortaleza
y deja al descubierto su interior de tibieza
oculto con la máscara ondeante en el lecho.
Despiertan tendidas en lienzo de arena
sus taciturnas voces de misterio
y el calor se ancla al alma. En cautiverio,
corsarias saqueadas de pena.
Siempre la brisa
y el vaivén del mar
removerán las rocas
con su sensible cantar.
Siempre las rocas
y la suave brisa
estarán congregadas
para dulcemente amar.