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SIEMPRE TUYO...

Hada de cuentos blancos 

que, con magia dorada 

y en medio de las estrellas, 

me envuelve con extrema suavidad.  

 

Niña hermosa, 

que despides aire fresco y ligero, 

para envolverme por la noche

mirando al cielo,

 escuchando las olas del mar.  

 

Vuelves a diario conmigo, 

en mi sueño, en mi respirar; 

y te veo con esa clase, de una flor 

que recién acaba de brotar.

Me envuelves con la gracia de tu majestad.

 

  ¡¡¡Amor mío, amor mío!!!  

Mi vida te la regalo,

pero no me des la libertad.