Estaba escribiendo el poeta
llevando la muerte en el alma
intentando conservar la calma
su mente de pena repleta
Era una tarde cualquiera
cuando marchaba su amada
atendiendo de Dios la llamada
y aquello su alma rompiera
La noche pasaba lentamente
el poeta seguía escribiendo
sabía que ya estaba condenado
lloraba silenciosamente
Rodó su pluma hasta el suelo
sin fuerzas para sostenerla
el no podía soportar perderla
de pena murió el poeta