Deje de actuar a
mi manera, para seguir tu juego,
colmado por una frívola felonía
abrasadora, desorientando
mi capacidad para pensar, mis sentidos
dejando restos de mis versos
bajo una tenue niebla
Querías que olvidara como amar, querías
volverme esclavo de tus capricho; y termine
con tu idea de un día mirarme caer en la soledad...
Hoy comprendí que tu amor no era real, me marcho
sin antes dejar en tu mesa, una flor roja
deseando que cada pétalo cure tu manía a la menlacolía