David Arthur

En el borde de los océanos

 

 

En distancias donde el tiempo se pone ingrato

y los horizontes se confunden en las tinieblas,

abandonamos nuestras creencias y decepciónes,

alineándonos en el borde de los océanos

 

El sol acaricia tu desnudez

celoso de nuestro juego de yemas inquisitivas,

vencedores los dos disfrutamos

la indulgencia sensual del triunfo

 

Nuestros lábios y ojos conversan en silencio,

la luz de la luna testíga nuestra sumerción en la profundidad

de nuestras entrelazadas trenzas de alga marina,

tentándonos a deleitarnos en un eterno abrazo

 

El cuadro del propio pincel, de una foto de la amiga Kitty.