En el calor de mi hogar,
sobre mi cama, en paz
descansaban mis huesos.
Tu estas a mi lado,
me acarias las mejillas,
me coges de la mano.
Amor no me sueltes cuando venga,
¡no me sueltes, cuando aparezca
con su traje verde, la muerte!
Amor, toda una vida
la pasé a tu lado,
tú que me acompañaste
en los momentos buenos,
me diste valor en los malos.
¿Cuántos atardeceres
vieron nuestros ojos?
¿Cuántas veces la luna
iluminó nuestros besos?
Todavía lo recuerdo,
fue con el primer beso,
cuando supe mi doncella,
que a ti te entregaría
hasta la ultima gota de vida,
que mi anhelo sería
dibujarte una sonrisa y
verte feliz todos los días.
Amor, eres tan bonita,
daría todo lo que hay en el mundo
por volver a ver tu sonrisa.
Le pediría a la vida
que me regalara solo un día
para cada segundo que pasara
yo pudiera amarte.
¡Amor, te quiero tanto!
tanto te quiero, mi alma,
que si me pudiese llevar
algo de esta vida
a la otra orilla,
sin duda me llevaría
un beso tuyo.
Ya asoma por la ventana,
ya asoma la muerte,
puedo respirar su aroma,
noto su mano recorrer
los frios poros de mi piel,
en su mirar retorcerse
las llamas del infierno.
¡Muerte, quiero que sepas!:
Que aunque me claven
a la tierra seca,
y tus cuervos
deboren mi cuerpo,
tu jamás podrás
llevarte mi alma,
porque mi alma
se la regalé
a mi lindo amor.