Estoy perdida
en un laberinto de miedos
y sus puertas se abren
para mostrar sus múltiples rostros.
Tengo miedo a acercarme,
pero también de alejarme,
temo faltar a mi palabra
o hacer que faltes a la tuya,
temo que nos alcance la rutina,
que la imposibilidad y la impotencia
creen un mundo de indiferencia.
Me asusta que el amor se pierda
en tanta huida
y las señales no sean suficientes.
Rescátame del horror
de ver mi rostro deformado
por la tristeza de perderte,
sálvame de la decadencia
que me alcanza cuando tú me faltas.
Dame tu mano
y sácame de este mar de lodo
donde todo es putrefacto,
nada tiene sentido
y me sumerge en la desidia.
Dame una mirada de amor,
un beso de pasión
o un abrazo
que derrita el iceberg
que se crea por tu ausencia.
No permitas que me convierta
en un fósil indescifrable,
es sólo tu boca
la que me da existencia
al nombrarme…
Rescátame