Los hilos del silencio tejen el insomnio de la noche y estremece su eco las montañas de la ausencia. Dormitan los destellos de la razón, se desvelan las sombras de los recuerdos y sofocan los ríos, crecidos por las nubes Nostalgia.
Se inquietan las aguas y golpean el rojo mástil del velero Esperanza -guerrero en turbulentas travesías-, que encalla en el arrecife Desaliento luego de rasgadas sus velan por el recio diluvio.
Tormenta que no logró hundirlo en el oscuro fondo, pero sì fijó su ancla en la médula de un collar coralino.