salgomanzano

MirĂ¡ndote

Tu cara, rosa, siendo  una azucena;

tu mirar,dulzura,viniendo honesto;

tu cuello, blanco,estando cuán inhiesto;

y  tu boca, de rubíes rellena.

 

Tu mano sedosamente encadena

amor erguido que estará dispuesto

a enlazarse libremente en ti puesto,

desterrando todo cuanto enajena.

 

De luz trigueña, de espiga abundosa

-huerto que con mimo tú cultivaste-,

cual ráfaga  por mis ojos pasaste.

 

¿Qué sentir de ti, sino que dejaste

de tu hermosura la esencia olorosa

que mana de tu fuente melodiosa?

               (salvador)