Buscando cantos de sirenas
para serenar mi alma
a la mar me fui,
mas lo único que hallé
fue el rugir de las olas
que preñadas de orgullo
lucen blancas y salinas crestas.
Ellas también ofrecieron relax
a mi cuerpo alterado,
pues un dulce sueño me extrajo
de mis pesares y trabajos.
De vuelta a mi hogar
contemplé extasiada
las maravillosas imágenes
que al paisaje le robé.
Mientras disfrutaba
de las bellas semellas,
seguí gozando del sosiego
que la mar en mi espíritu
había alojado.
Entonces cuente me di
que las sirenas allí estaban
mecidas por las espumosas olas
que las acariciaban.
Por eso al contemplar las imagines
me sentía extasiada
y a mis oídos llegaron
los cantos de sirena
que el sonido de la mar ocultaban.
Luisa Lestón Celorio – 2011
Registrado- Tomo Bazar de Sentimientos