Marc Tellez Gonzalez

Sí me dejas hoy, te prometo.

 

 


¿Cómo te encuentras?


Sé que estás cansada y no tienes que responder a mi pregunta, ¿te había dicho lo mucho que me gusta tu pelo?


He venido a verte, me han dicho que preguntas por mi, y eso es bueno.
No pensé que aún lo hicieras, quizás no lo imaginé me doy cuenta que para ti no existió el olvido, a pesar de las contadas ocasiones que nos vimos.


Sabes, contigo no tengo miedo porque estás latentemente hambrienta de mi vida, y eso es algo que jamás te podré negar aunque a nadie le gusté, aunque todos se impongan.


Jamás te reprocharé nada, porque eres parte ubicua de todo destino, porque en mi lates, en mi reposas, y tu espera es como la de muchos más.


¡Mírate! tan frágil y esbelta, pareciera que tu cabello lame el suelo, ciertamente tus manos no dan ningún consuelo a pesar de ser tan bellas.


Recuerdo la primera ves que apareciste en mi vida, yo era aún muy pequeño, no entendía quien eras, pero lo que siempre comprendí a pesar de ser un niño, fue tu significado e intenciones, intenciones que hoy perfectamente las comprendo.


¡Oh! Sanación, ten compasión, hermoso contrasté cuando estás a mi lado.


No te puedo mirar a los ojos, te pido tiempo, aún no es el momento, ¡que más da! no me pidas estar a tu lado, existe quien me ama, sabes, aún espera mucho de mi, y no pienso defraudarla por tu capricho tonto.


Te propongo, que sólo me dejes estar el tiempo necesario para poder ver a mi hijo ya realizado, y hacer feliz a quien me ama, porque yo; sino te has dado cuenta, la amo con tierna profundidad.


Este es mi trato, no lo ignores, en cuanto se cumpla habré de acercarme nuevamente a ti, como hoy lo hice, entregaré mi alma y cuerpo; pero mi corazón se ha de quedar con mis seres más amados.


Después de lo vivido podré ser parte de tu merecido descanso, descanso que conlleva una inmensa eternidad.

Por lo tanto no te extrañaré, sé que te veré en otras ocasiones, y espero no sea con los míos, y que tomes en cuenta que aún no es mi tiempo.


Me despido de ti, esbelta dama que te encuentras al final de toda vida.

 


Marc Téllez González.