Deleite que acopla este amor
con su fiebre nada concisa,
no sin antes haber llorado
puede brotar una sonrisa.
Hallarte es lo primero,
y cuando al fin te pueda mirar,
si lo que digo es cierto,
mil veces quiero llorar.
Mas no soñaré aún temprano,
pues lo que pienso no se hace,
pensaría en ti en vano
y vano sería el amor que en mí yace.
Al amarte sin quererlo,
sigo tratando entonces
de encontrarte sin lograrlo
y contemplarte sin hacerlo.
Imposible, ¡es imposible!
si he de soñar para besarte,
la realidad es inconcebible,
no puedo más. Me duele amarte.
Mas la fe aún no perderé,
sé que mi espera valdrá la pena,
si existo es porque adoro creer
en tu amor, tu voz y tu existencia.
Debo confesar que a veces
de perderte tengo miedo
porque aunque no te haya conocido
ya siento que te quiero.
La inspiración de esta poesía
es tu historia en mi sueños
donde tú eres la rosa más querida
y yo tu inalcanzable dueño.
Anhelo despertar y conocerte,
poder verte dibujar una sonrisa
te esperaré para un día quererte
con todas mis fuerzas, amor de mi vida.