Una línea divisoria trazó el agua,
calma de mar en claves de la guitarra.
Dio a los vientos pieza y nombre la cigarra
y el silencio del sonido fue de Padua.
Lo profundo de la historia está en quien narra
que desvisto tu figura con mi fragua.
Cae el vestido. Mis angustias desagua
como un olvido (volvió en forma de amarra).
La daga llueve, nublando el mar eterno.
El tiempo sopla llevando nuestro río
y será siempre un resto de mi estero.
Los caballeros que te honran con su brío
serán tu imagen, reflejo de mi cuerpo
y eres la brisa, amada de mi estío.