Eran los poemas y la poeta ,
pero esa poeta es mía.
Sus poemas serán de otros,
pero su boca es mía.
Sus poemas serán de otros,
pero pensaba en mí al escribirlos.
Esa música, esos paseos,
esas puestas de sol y
el rocío que bañó su amor,
todo eso, lo inspiré yo.
Otros leerán igual que yo sus versos,
pero, no sabrán en carne y alma cómo nacieron.
Es explosión cósmica,
es remolino, es viento huracanado,
es éxtasis de gozo y placer,
cuando ha parido su verso,
porque en cada uno de ellos,
están mis ojos que ven su alma desnuda y
la entrega en el papel, para que yo la lea.
José Luis Agurto Zepeda
Managua, Nicaragua
10 de febrero 2015