Tu frente me enamora, ardiente, mientras mis labios palpan la dulzura de tu rostro diferente, y mis manos buscan en tu cintura el diámetro de su circunferencia.
Mis manos te conocen, mis dedos recuerdan aquel olor de abriles en tus ojos, y la imagen de rosa de tu boca perfecta.
El negro de aquel pelo enmudeciendo el grito de mis ojos ante esa imagen que abre los confines de la memoria, esa imagen de otro universo que se te parece tanto.