Tupida de estrellas la noche estaba,
ellas en su celeste guiñar nos acompañaban,
el frío moría en su boca cuando me besaba
mientras los cocuyos nos circundaban.
Parecía que cada estrella bajaba
a presenciar lo que mis ojos admiraban,
esa belleza tan propia y tuya que decoraba
el paisaje, mi vida, ellas te celaban.
Tu alegre sonrisa llenaba la estancia
y en el corazón se encendía ardiente llama
que la pasión despertar nos hizo.
Hasta que rompimos la distancia
el paisaje nos contuvo y fué cama
donde transformaste la noche en paraíso.
JUSTICIA
Quise que no terminara nunca ese momento
me recreé en tu cuerpo, en cada caricia
en esa piel llena de ardor y sentimiento,
entre rocío y calor eres una real delicia.
Sentí que se cayó a pedazos el firmamento
o fuimos que al subir en esa primicia
lo vimos tan cerca que el entendimiento
ideó todo con tal de hacer justicia.
sí pués, eso fué nuestra entrega,
justo, por el tiempo que esperamos
y es sabido que el que siembra sega
y nosotros nunca nos desesperamos
por que todo con el tiempo llega
para los seres que nos amamos.