¿Cómo, mi gran Señor, podré alcanzarte
Si en este corazón hay tanto mal?
¿Tanta es tu caridad y tan cabal
Que vas a perdonar por siempre amarte?
Si tal es tu favor, ¿cómo pagarte?
Si soy un pecador simple y banal,
Vivo triste ansiedad, tan infernal
Que indigno me será aun el contemplarte.
Pero si tú confías tanto en mí,
Ya no más obsesión, intentaré
Encontrar la alegría sólo en ti;
Adiós diré al dolor, no lloraré;
Adiós a mi agonía, soy feliz
Rescataré tu amor con mi gran fe…