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¡ VUELVE !

Aún está tibia la cama;

 así quedó desde tu partida.

 

  Todas las noches abrazo tu almohada

  y me embebo en el aroma de tu vida.

 

  Neblina y melancolía arrebatan mi sueño;

mis ojos abotagados ya no tienen lágrimas

-se acabaron, en definitiva-.

 

  Tu olvido se hizo a mi medida,

más allá de lo que mi amor significa.

 

  Se fueron mis ideas

 y me sigo preguntando,

pero no obtengo respuesta.

 

  Doy vuelta en mi horizonte,

le pido a Dios calme mi tristeza,

 y yo la remonte,

  para que este amor en brama olvide el silencio,

  ¡y vuelvas!

  Y vuelvas, como la ola, a mi playa.