Te juzgué un día sin pensar.
Sin sentir, ni analizar tu dolor.
Sin saber, ni compartir tu coraje.
Mas hoy me sumo a tus filas de valientes marchistas.
Hoy te presto mi voz y mi puños.
Codo a codo gritemos y cantemos Justicia!
No habrán de detener nuestra lucha.
Los que tienes el poder y abusan del dominio.
Esos habrán de caer un día.
Y el pueblo se levantará de entre las cenizas.
Que retiemblen en el suelo nuestros pasos.
Y resuenen en el cielo nuestras voces.
Abriendo camino a la lucha.
Una lucha en pro de la justicia y la igualdad.
Justicia a los hermanos caídos en batalla.
Justicia a las voces de verdad calladas violentamente.
Justicia a los desaparecidos que ya nunca volverán.
Justicia al pueblo sumiso por la tiranía y desigualdad.
Que se sumen a la causa más y más hombres.
Que esta lucha no ha de terminar.
Grita fuerte hermano mío y no dejes de pelear.
Que el mundo oiga las voces de justicia.
Y despierte a la lucha y acabe con la conformidad.