Adónde, en qué piélago
murieron los aromas temerosos
de las costas del visaje.
En dónde, a qué altura de la hora
se hicieron los trueques de los cantos.
Al campo tú ibas; le decías lo que
dice una muchacha cortejada.
Adónde, a qué ave se le vio
la desigualdad del vuelo.
Yo evito lugares de tu ausencia
Y tú, muchacha, entonas el tallo
del opio. Tu boca, el arte del edad.
Adónde tú prohibiste mi poesía.
¡Muchacha! ¡Oh Muchacha!
Pórtico de los vuelos del descanso.
Al campo tú ibas; le decías lo que
dice una muchacha enamorada.
supe entonces que la poesía viste tu sexo.