Te veo, en todo lo bello
que ha dado la creación:
En el amor que acaricia,
sin nada que lo turbe,
tu alma enamorada;
en el labio presuroso del beso,
con el deseo candente del sabor;
en la flor del campo, que en libertad
se entrega al sol y todo a su alrededor.
En el paraíso que es el cielo,
con ese azul que da vida y resplandor;
en el dormir silencioso de un niño,
con la inocencia y ternura en su sueño.
¡Mujer de mi admiración!,
fortaleza y locura son
algunas de tus virtudes,
donde tu espíritu indomable y soñador
te llena de emociones que vuelcan
en las olas de tu pasión.
Tu presencia arrebatada y elegante
es la palabra suave y delicada,
de un par de enamorados,
en una noche inquietante
y de mucho amor.
Para ti mi corazón,
¡mujer de mi admiración!