Sí quería algo a cambio, no puedo decir que no.
Es difícil querer tanto que no se amarre.
Buscaba un alma a cambio de la mía, pero no.
Di mi alma, y recibí algo más que buenos ratos.
Fue hermoso, pero la trama ameritaba mejor fin.
Después de todo hoy sólo soy un saco de carne.
Sin alma, sin besos, sin fé.
¿Cómo no dolerme al pensar que nunca te besé?
Mi querida excompañera de noches de sueño,
¿quien me llenara esta noche tu ausencia?,
¿la luna, que parece mas vacía hoy que ayer?
Si así esta la luna, ¿te imaginas cómo estoy?
Verdugo en mis pesadillas, ¿qué dirías?
¿Qué dirías si me vieras arrumbado en el rincón?
Me enseñaste a ser fuerte, pero más que eso,
fuiste mi fuerza, de ti me nutria, y hoy ya no estás.
Mi niña, yo que quería mecerte en la noche.
Yo que quería acunarte en la luna de plata.
Yo que quería congelarte en mis brazos.
¿Debo soportar que no estés?
Yo te quería para siempre, pero no eras mía.
La verdad es que no fuiste más que una imagen.
Tengo lo que de ti puedo tener: idea.
No eres mía, no eres de nadie, solo de ti.
Y a pesar de ti hoy me encuentro en el suelo,
derrumbado, como no querías verme. No.
La verdad es que no es de hoy, es de siempre.
Hoy simplemente retorné al suelo.
Si me regalas olvido, si me quitas la fuerza,
¿Debería levantarme?
Si me levanto te doy validez, si no, también.
Te regalaré olvido, y me regalaré vida.
No quererte no me hará sentir más muerto.
No botaré más mi afecto en una ilusión.
Si me levantó es por mí, porque ya no existes.
Te destierro de mí, porque por fin me destruí.
Te perdí porque me olvidé.
Te olvido porque ya me perdí.
No a la vida llena de vacíos.