Una tarde junto al arrozal...
escuché una voz que me decía:
\"Ven hasta mí
amor mío...
que yo te cubriré
con mis dulces
y apasionados besos,
y te daré calor...
por toda una
eternidad\".
mas tu voz...
ya no me quiere nombrar.
Entre lirios abatidos
hoy el sauce llora...
sus promesas engalanadas.
En el silencioso cañaveral
mueren mis pensamientos...
junto a la fontana de plata,
No obstante hoy...
la triste alondra
enmudecida calla,
y sin embargo...
no se hallará
muy alejada en el tiempo
aquella luminosa mañana,
en la que inexorablemente
cantarás de nuevo...
nuevas canciones de amor,
que alegrarán por siempre
el corazón sin crepúsculo...
de un alma que sencillamente
no puede dejar de soñarte.