No te entristezcas amor,
nada es tan duro y cruel,
que no merezca el esfuerzo
de luchar para vencer.
Cuando la vida muestra
su peor cara,
es importante amor
no esconder la mirada,
y mirarla de frente
y casi apabullarla
y decirle, ¡no quiero!
¡que no me da la gana!
ir donde tú me llevas,
porque soy yo quien manda.
Y he decidido ir
por sendas de esperanzas,
vestirme de alegría,
cantarle a la mañana,
y llegar a la noche
con la paz y la calma,
de quien lleva las riendas
de las cosas que pasan.
Así, que ya lo sabes,
¡que no me da la gana,
ir donde tú me llevas,
porque soy yo, quien manda!.