Cuando cerré mis ojos, en mi templo yo entré,
La más sutil imagen a mi lado miré;
Era Semana Santa, cuando Él me apareció,
Una imagen serena, que en mi interior habló;
Él me dijo: -Hijo mío, este mundo va mal,
En balde mi mensaje, un futuro infernal,
Sólo entienden la letra, pero olvidan mi amor,
Lo han truncado en negocio, explotando el fervor;
Dijo: -Pedro ha negado, tres veces mi mensaje,
Tan sólo ha negociado: escandaloso ultraje,
Babilonia nos miente, es cual loba golosa,
De ladrones, la cueva, no de gente virtuosa,
Les preocupa el oro, el saciar su ambición,
El llenarse de vicios, engaños y perdición;
Yo quiero un nuevo Juan, un alma con pureza,
Sólo fraternidad, no vana gentileza;
Vendrá una nueva era, de gracia y de perdón:
Sin tanta hipocresía, con limpio corazón;
Un hermoso mañana, donde no haya dolor:
Soy Verdad, soy Camino y la Luz del Amor…