Tengo el grito colgando en pena.
Del recuerdo el cuello la mano aprieta.
El infante herido, sangrante la ceja.
La escucha en el viento de nula palabra.
Los perdidos años de esperanza vana.
El cero a la izquierda de rutina vaga.
Rota soledad que se sirve en plata.
Un amor de orfanato y tumba quebrada.
Las manos con tierra, la lágrima usada.
Tormentas de arena, la vista cegada.
Un nicho con velas sin oración dada.
Aquella inocencia toda mutilada.
El eco que escucha tan solo la nada.
Y el beso que huye cuando todo acaba.