A F. García Lorca
El campanario de España
anuncia un santo gitano
de mi nombre.
El Dios sumerge sus alas
en una copla de ramos
redentores.
El Padre de cada puente
lleva su espada en la mano.
Pacifica.
Con la estola displicente
nos da sus días cantados:
es la rima.
Poetiza los candados
y da aurora a las vertientes
que nos surcan
bautizando a los soldados
y en su aureola a lo silente
de la rosa,
y los colores trazados
son su cuerpo de campañas
en las olas
de tu vestido, que he amado,
y tu piel, que es alabanza
de la historia.
Hoy me devuelven tus pasos
a ser el ser de la copa
del anuncio,
y entre tus pechos florales
han emergido las sales...
de mi mundo.