Después de tanto tiempo,
Días tras día de desesperación por un encuentro,
No tengo ya el valor de seguir y ver lo atento,
Con el mundo entero excepto conmigo,
Que duro es caer hondo en el pozo de tu olvido,
Perdido en algún rincón de tu alma,
En la que en algún tiempo viví en calma,
Siendo éste un amor no correspondido,
Por muchos momentos vividos,
Distantes, tristes, así nos hemos conocido,
Dime ángel de luz... estás arrepentido...
No puedes querer por lo que has sufrido,
Yo sufro por no tener lo que perdí en el ayer,
El sufrimiento es opcional,
pero este dolor es tan real,
Que me hace perecer en este invierno tan letal,
Cuando llega el anochecer te sueño ideal,
Aprendí lo que es perder en el campo pasional,
No volveré a creer en nada irracional,
No volveré a saber lo que nunca fue moral,
Que miedo da emprender un sendero sola al caminar,
Locuras hechas para perder y no avanzar,
Lugares que conquisté gracias a tí y al mismo azar,
Nunca tardé en contestar,
Malos entendidos por no hablar,
No dar soluciones no es solucionar,
Hemos roto dos corazones por no reaccionar,
Dos almas se separan cuando iban a alcanzar,
Felicidad infinita y eterna que nos iba a preparar,
Que ingenua, ni siquiera he tenido tregua para descansar,
Soñar con tu voz eterna, es lo que me queda, esperar...
Mi ángel no lleva ya linterna, no me guía por la zona estelar,
No me da los buenos días, no aparece, vuelve a desvanecerse,
Es más la ocupación que padece,
Mira otros ojos mientras los míos entristecen,
Todavía escuecen, y ya no se si se lo merecen,
Aquí seguimos mis lágrimas y delirios en el mes número trece,
Nos estamos dando por vencidos, la nada avanza y el olvido crece,
Mata toda esperanza y no concede alabanzas,
Tu alma corre tanto que la mía no alcanza,
Se desvanece con mi canto... perdona por la tardanza.