Que frio tan intenso, el cuerpo tiembla…
La lluvia cae en destilantes gotas,
El viento agita en su furor las olas
Y el trueno retumba presagiando la tormenta.
El cielo se cubre de grisoso manto,
Negros nubarrones pueblan su infinito espacio
El mar se agita golpeando el arrecife abandonado,
Ese negro peñasco del creador aislado
Que aguanta impasible el destino señalado.
Yo me parezco a ese islote, voy andando
Desafiando la tormenta de la vida,
Llevo en el pecho el corazón sangrando
Y voy entre las sombras con la fe perdida.
Yo soy ese negro peñasco que golpeado
Por las olas furiosas se resiste,
El mundo contra mi se ha ensañado
Pero siempre altivo, espero sus embistes.