Hemos terminado sin darnos cuenta… sin un adiós de por medio,
sin un hasta luego siquiera.
Tú no me hablas, yo no te hablo, nuestras almas se reclaman,
tú y yo nos inmutamos, nuestros sueños siguen ligados, siguen
con sus planes, tú y yo tenemos amnesia.
Nuestros pasos seguirán iguales, marcando la diferencia, siguiendo
la misma flecha, tú y yo nos damos un descanso largo, no tenemos
huellas, no tenemos pasos, tenemos pereza.
Nuestras almas se leen, se explican, se alientan y aconsejan…
tú y yo somos almas frías en pena.
Tu orgullo y mi orgullo se conocen, pero se aman, se entregan,
se piensan, tú y yo tenemos suficiencia.
Tu cielo y mi cielo miraran hacia el mismo horizonte, brillaran
por siempre sus colores, serán uno a uno con la tierra, tu y yo
somos almas paganas sin dioses.
Nuestras risas, nuestros planes, nuestra historia y nuestras almas
se amaran eternamente, ignorándonos y nuestros cuerpos ignorándolos.
Y pasaran los años… pero nunca pasaran los recuerdos… se juntaran
las tardes, se juntaran los climas, las risas, los niños, los desiertos…
pero tú y yo… tu y yo jamás volveremos.