Los bellos jacintos inmaduros
refregándose en mis piernas
me dan pasión y odio,
embeben la luz de mi morada.
Blancos jacintos de cartón
¡Tomen mi mano, partamos!
Busquemos las prímulas,
consagradas prímulas del vergel.
Los días están llenos de amor
busquemos los senderos tibios de la aurora
con armónicas notas de pasión.
¿Hoy seré yo? Mañana ¿quién será?
Otros besos quedarán estampados
en el aire fresco de la mañana.
Otros besos, no los míos,
se han marchado, no estarán
CARLOS A. BADARACCO
18/11/14
(DERECHOS RESERVADOS)