Hermano hay un penar de muchísimos años,
una bala clavada muy en mi corazón
y, tú puedes salvarme: sin cobres, sin estaños
hermano, mis cadenas no tienen eslabón.
Perdona mis contiendas y la de mis hermanos
ellos también lloraron a sus amados muertos
y, aquellos sacrificios sangrientos fueron vanos
¡ay! hermano sureño, guadañas son los huertos.
Una patria ha llorado; madres en sus trincheras,
apuntando mi hermano contra propio fusil
y, dime hermano mío que latitud esperas
si mi alma taciturna ya se ha partido en mil.
Un soldado, un valiente que nace proletario
arrugando su bloque de pena en la mañana
universos de guerra del hombre monetario
que descansan en su fatídica canana.
¡Levántate Callao! ¡Sube Valparaíso!
y derrama tu acero sobre la mártir vida
que van dejado marcas de amor incircunciso
¡ay! hermano sureño cerremos nuestra herida.
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John Morales Arriola.