Me gustaría pintar un poema,
Usando por color los sentimientos,
Recreando los buenos momentos,
Que hicieron mi vida placentera.
Usaré una paleta para hacerlo,
En palabras y verbos, infinita,
Y, tal vez utilice alguna cita,
Si viene al caso, para embellecerlo.
Por pincel usaré mi corazón,
Y como caballete mis principios,
Que, por muy bellos que sean los ripios,
Siempre deben apoyarse en la razón.
Como lienzo, pondré yo la conciencia,
Necesitada siempre de la poesía,
Pues, de otra forma, muy mal aguantaría,
Las agresiones, las incongruencias.
Como tema quizás escogería,
Una marina, porque yo en su cielo,
Podría recrear con mis deseos,
La esperanza, la paz y la alegría.
En el vaivén de las olas pintaría,
Las ganas de vivir, el optimismo,
La autoestima, la confianza en uno mismo,
Que como la marea, así varían.
Y en esa rompiente de ola eterna,
Colocaría yo las ilusiones
Que acompañadas de las emociones,
Se diluyen, muchas veces, en la arena.
Aunque quizá sea más acertado,
Recrear un paisaje en primavera,
Porque en el saldo de mi vida entera,
De mas buenos momentos he gozado,
Que de malos, que tengo la gran suerte,
De vivir con buena esposa y buenos hijos,
De rodearme de muy buenos amigos,
Y de esquivar varias veces a la muerte.
Y, por pintar lo intrincado de la vida,
En el otoño un bosque pintaría,
deslumbrante, con dorados de hidalguía,
Pero con troncos y ramas retorcidas,
Que se asemejan a las vicisitudes,
Que venceremos en el día a día,
Si no cedemos a la hipocresía,
Y nos abrazamos a nuestras virtudes.
Nunca utilizaría los oscuros,
La maldad, la mentira, la tristeza,
Porque desfiguran la belleza,
De los sentimientos bellos, puros.
Y como barniz final, para dar brillo,
Una buena mano de sinceridad,
Una buena dosis de felicidad,
Todo bien revuelto con mucho cariño.
Abril de 2015
Jose Cruz Sainz