El Guayas es ese río sin igual
que desde su malecón mira y asombra
a esa ciudad de belleza universal,
Guayaquil, donde el sol cuece en la sombra.
Alma que sueña de enseña señorial,
por tí el Ecuador sube a la gloria,
espejo eres transparente cual cristal,
orgullo nacional y de tu historia
Yo ante tí hoy me descubro, Guayaquil,
y te nombro ciudad de mis amores
por tu aspecto, señorita tan gentil,
y en especial hoy, que estamos en abril,
homenaje rindo a tus aguadores
que son tal cual a la salsa el peregil.