Gustavo Echegaray

SOL DE OTOÑO

Cuando salga el sol,

mañana o cualquier mañana,

que se doblen los gladiolos

como si rezaran en silencio,

que las viñas susurren en los campos

y el aire traiga consigo

un rumor de amapolas cansadas.

 

Que el duraznero pinte el tiempo

de un naranja tibio,

que la brisa, como un suspiro viejo,

me devuelva los sueños perdidos,

los que dejé tirados

en la orilla de tus labios.

 

Que el sol se levante,

indiferente, perezoso,

en un otoño que no es mío

y me encuentre en tu regazo,

mientras los besos que callaste

me llenan de veranos tardíos.

 

Y si no sale el sol,

qué importa.

En tus ojos

se queda siempre la alborada.